Nuevamente estamos aquí,
sedientos de lujuria,
el amor yace en migajas por los suelos.
Así seguiremos,
sin detenernos,
con daños en la psiqué tentados por el placer.
La colisión corporal nos borra la memoria;
personalmente,
aquí es donde me quiero quedar,
es lo único que existe entre nosotros.
Lo único que existe en mi.
Mi corazón llora después de la sensualidad y prefiero ignorarlo,
prefiero volver a la actividad carnal.
La sensación, en momentos, se vuelve insoportable,
los pensamientos de mi mente quieren dominarme,
pero no puedo negarme a lo que mi cuerpo demanda,
a olvidarme del amor ante la obscenidad.
El amor no cabe en mi toxicidad.
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